«Free flow»: flexibilidad y re-creación del espacio | Entorno natural
Siempre ha existido, pero desde hace unos años, es más acentuada si cabe la reflexión sobre los métodos educativos y pedagógicos, y especialmente, sobre el espacio educativo. El British School of Barcelona, desde su sede en Castelldefels, ha apostado por un cambio en este sentido en el área de infantil. Contaban en el edificio con seis aulas distribuidas mediante un pasillo central, en un esquema convencional. En cambio, su metodología educativa ya apuntaba en otra dirección, en la que convenía un mayor espacio por cada uno de los cursos, y una fluidez mayor con el espacio exterior.
La estructura funcional y constructiva del edificio constaba de dos crujías de tres aulas cada una y parecía estar completamente determinada. El ritmo de retranqueos en la fachada y la presencia de seis grandes columnas de instalaciones, presentaba un reto a cualquier modificación de la distribución de la planta. Sin embargo, tras un estudio pormenorizado de cada una de estas servidumbres, se consiguió hacer posible la ideación de dos grandes espacios en forma de «L» con un espacio servidor central concentrando servicios e instalaciones. La eliminación del pasillo, y la optimización de los espacios servidores han permitido multiplicar el espacio disponible por alumno.
La solución adoptada dota a cada una de las dos grandes aulas de un enorme espacio libre, que junto al diseño de un mobiliario ligero, especializado y flexible, permite muy diferentes configuraciones del espacio educativo. Unos hemiciclos para reunión de los subgrupos de alumnos y áreas de lectura, espacios para la representación y el juego, mesas bajas para lecto-escritura, mesas altas para trabajos manuales o módulos con pantallas interactivas móviles. Además, todos los recursos pedagógicos se almacenan en cajas de diferentes tamaños en los armarios contenedores de los perímetros, de modo que el docente puede configurar el aula libremente. Con estos elementos, es posible «resetear» el aula cuantas veces se necesite y reconfigurarla según las necesidades educativas. Y no sólo ocurre en el aula «interior», sino que los espacios exteriores asociados a cada aula, con orientaciones opuestas se ha diseñado para que los alumnos desarrollen esas mismas actividades en un entorno natural, que, de alguna manera, les permita experimentar las diferentes texturas y materiales que pueden encontrarse en la naturaleza: una base de arena compactada, suelos de piedra natural, áreas de vegetación arbustiva de diferentes especies y arbóreas, bases de corteza de pino, grama…El equipamiento exterior lo completan unas «fuentes» que forman unos juegos y saltos de agua que permiten el contacto de los alumnos con este elemento de la naturaleza y su experimentación.
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